A
sólo dos horas y media de Madrid en avión, La Laguna es un lugar perfecto para una
escapada de fin de semana. La forma más rápida es llegar al aeropuerto de Tenerife Norte, Los Rodeos, y como para un fin de semana, no se factura maleta,
desde que aterrizas hasta que llegas a tu alojamiento, puede pasar solamente
una media hora. Te recomiendo que cojas
taxi, el precio aproximado es de unos 6€, depende del punto de la ciudad al que
vayas, máximo un par de euros más.
Otra
de las posibilidades es alquilar coche, Cicar empresa Canaria con buenos precios puede ser una opción. Esto te dará libertad absoluta.
En La Laguna no todas las sorpresas están a nivel del suelo. Eleva la mirada. |
Como
alojamientos principales están el Hotel Laguna Nivaria, el Hotel Aguere y Hotel San Agustín, aunque la oferta como en cualquier otra ciudad de esas que vale la
pena visitar es mucho mayor.
Fuente, Web.Hotel Aguere |
A
mí particularmente me gusta el Hotel Aguere, sus escalones de madera me hablan
al pasar y me susurran momentos de la historia de una ciudad que me tiene
enamorada. Sus habitaciones son sencillas, pero confortables, y el trato del
personal exquisito. Si además le añado que está en el centro de la ciudad y
frente al Teatro Leal, un edificio emblemático con más de 100 años de historia,
no tengo duda, estoy en el sitio perfecto para empezar un maravilloso fin de
semana.
Una
vez instalada, salgo a pasear por la ciudad. La primera parada la taquilla del
Teatro, la tengo enfrente y he creído que esta primera noche la empezaré con
algo de cultura. La Laguna tiene una oferta muy variada, y además el Teatro es
precioso, así que será un dos por uno. O un tres, porque en estos lugares tan
llenos de magia, los sentimientos no dejan de estar presentes.
Ya tengo mi entrada, ahora voy a ver qué descubro. Tengo el callejero en mi mano, así que cualquier dirección me vale, hasta las 21:00h no empieza la función. Calle Obispo Rey Redondo (Antigua Calle de La Carrera), Catedral de La Laguna a
mi izquierda, Calle de Adoquines del Ayto. de La Laguna con La Casa de los Capitanes Generales (Ayuntamiento) a la derecha, Plaza del Adelantado, de frente, Calle
de Nava y Grimón, Casino de La Laguna, Calle de San Agustín…
Esto es sólo un
reconocimiento. No quiero acostarme tarde para mañana aprovechar el día. No sé
si lo lograré, hay tan buen ambiente en la calle, que apetece quedarte en cada
esquina, en cada plaza, en cada terraza. Llevo sólo 3 horas aquí y ya me he tomado dos
Barraquitos (Leche condensada, leche, café, licor 43, canela, corteza de limón y
un grano de café), me he comido unas almendras garrapiñadas, un cucurucho de castañas asadas
y un Lagunero. Un lagunero dulce, es decir un postre típico de hojaldre con Cabello
de Ángel que compré en la dulcería Catedral y que está buenísimo, si fuera otro
tipo de lagunero, es muy posible que no lo contara por aquí.
¡Nunca
se sabe!
Foto J.L.C Abocados.es |
Ya
es sábado, son las 08:00h y me despierta el sonido de las campanas. Podría
desayunar en el hotel, pero prefiero vestirme y salir a la calle. Hoy parece
que hace bastante frío, aquí el invierno también es invierno, y aunque tendemos
a pensar que en Canarias siempre hace
calor, al menos en La Laguna, no es cierto. Hay que tener en cuenta además que
es un clima húmedo, por lo que muchas veces te abrigas como para el frío de
Madrid, pero aquí se sigue sintiendo. Si, parece raro, pero es cierto.
Totalmente descartado visitar La Laguna y sólo llevar bermudas o vestidos de
tirantes en la maleta. Bueno, a menos que quieras aprovechar la excusa para
irte de tiendas. Hay muchas y muy bonitas. El buen gusto se aprecia también en
los escaparates, sobre todo en aquellas que no pertenecen a ninguna franquicia.
Para
desayunar me gustó el bar Venecia, en los alrededores de la Torre de La Concepción., aquí confirmo lo que había empezado a vislumbrar la noche anterior.
La Laguna es una ciudad feliz. La gente sonríe, se saluda, se da los buenos
días, podría venir aquí para no hacer nada, sólo para estar, para dejarme
empapar del ambiente. Ya volveré para eso, este fin de semana voy a visitar
algunos lugares más, todos dentro del municipio lagunero.
Cojo
coche dirección Las Mercedes, me adentro en el Parque Rural de Anaga Reserva
de la Biosfera. Primera parada mirador de La Cruz del Carmen. Desde allí una vista panorámica
de La Laguna.
Me
relajo y recorro El Sendero de los Sentidos, una ruta pensada para oler,
tocar, escuchar, sentir el bosque de Laurisilva, presente desde la Era
Terciaría. Para que nos hagamos una idea
de su antigüedad, la Laurisilva es a la vegetación, lo que los Dinosaurios a la
fauna. Sin prisa pero sin pausa, por aquí me pierdo un rato. Disfruto de la
paz, de la quietud, de la serenidad, de la vida en estado puro, de la
naturaleza... Afortunadamente todos los senderos están muy bien señalizados,
duración y dificultad. Con lo atrevida y despistada que soy, si no fuera por
esos acertados detalles, a saber qué sería de mí.
Subo
un poco más. Siguiente parada Pico del Inglés. Continúo viendo mucho verde y
además tengo la oportunidad de ver al fondo Los Roques de Anaga, otro milagro
de la naturaleza frente a mis ojos. Un par de fotos, un par de reflexiones y de
regreso sobre mis pasos. Había pensado visitar algunos de los caserios que
forman parte del Parque Rural de Anaga, Chinamada, Las Carboneras… Pero me he
recreado tanto en el paisaje, que me rodeaba, que ya tengo un poquito de hambre
y quiero ir a comer a la costa, a Punta del Hidalgo. En unos 30 minutos estaré
allí. Todo cerca, muy cerca, pero bello, muy bello.
Paro para comer en Restaurante La Caseta, hay muchos y variados, pero este es el que me han recomendado, y en esto de comer, soy muy obediente. Unos camarones,
unas lapas con mojo verde, un pescado del día, y de postre. ¡Dios mío! El
paraíso en un bocado. ¡Una Milhoja! Sublime, exquisita, deliciosa. Nada
comparado a otras que hayan comido antes. Las hacen allí mismo. Están frescas,
suaves, delicadas. ¿Se nota que soy golosa?
Después
del tremendo festín, un agradable paseo a pié por la costa, hasta San Juanito. Aquí la
temperatura es más cálida que por arriba. El paisaje, nuevamente un regalo para el
alma y los ojos.
De
regreso a mi hogar en La Laguna, parada en Bajamar, toca ver el atardecer desde
las piscinas naturales. Una vez más, me quedo sin palabras ante la generosidad
de la naturaleza con este municipio. Dicen que “La Laguna tiene una historia
que contarte.” Y yo añado además que te hace protagonista de esa historia.
Sábado
noche, ya en "casa", duchita, un poco de descanso, y de nuevo a la calle. Esto es
un no parar. Cansancio cero, todo muy relajado, a mi ritmo, disfrutando cada
momento, es la fortuna de visitar lugares tan completos en los que todo está a
mano. Los días de 24h. rinden como de 48h. En La Laguna la felicidad se alarga.
Cena
en Tasca San Cristóbal, una copa de Marba blanco, que me encantó, y paseo
nocturno por una ciudad segura, que permite disfrutar de la noche y de su historia en soledad.
Domingo,
hoy si, no voy a salir del casco histórico. Mi avión sale esta tarde a las 19:00h y
quiero empaparme de estas calles, de sus rincones, de su agradable algarabía. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad que tiene mucho que contarte. Un municipio, La Laguna, que se disfruta con los sentidos.
¡Volveré!
Para más información Turismo de La Laguna